Disfrutando la noche de cine en Barcelona

¿En qué embolado me he metido?, pensaba hace una semana, cuando empezaban a llegar las solicitudes para las invitaciones al preestreno de La Guerra de los Botones en Barcelona.
415 butacas disponibles en dos salas,  Mónica Bergós y yo organizando como mejor veíamos, con mucha ilusión y muchas ganas. Con Mercedes siempre presente animando, disponiendo. Pero en estas cosas siempre surgen dudas, siempre hay prisas, siempre quedan flecos... o lo parece, porque luego las cosas se arreglan, se limpian y queda una de esas noches para el recuerdo y la posteridad.
La III Noche de Cine y Educación en Barcelona fue preciosa. Porque la película lo era, cumplió nuestras expectativas y nos dejó un muy buen sabor de boca. Porque la gente llenó dos salas en el Renoir Floridablanca, en pleno centro de la ciudad, entre semana y a horas intempestivas. Porque se dibujaba en los rostros alegría, ilusión y ganas de llevar el cine aún más allá.
Y estaba Rubén, haciendo una presentación espléndida de todos nosotros, de la Tribu 2.0, de lo que iba a suceder. Y Christian Molina, que nos dió un gustazo con su presencia y sus palabras cálidas y agradecidas.
Y esos profes... calidad y cantidad. Recordamos a Mercedes y nuestro Cero en Conducta y disfrutamos del buen CINE, con mayúsculas.
Esta mañana no costaba madrugar, a pesar de todo. Cuando la noche se vive tan intensa como la de ayer, vale la pena dormir menos y soñar más... con el gran futuro de la unión cine-escuela. De todos, para todos.